Piazzolla, en estado puro

Piazzolla, en estado puro



“Ástor (Piazzolla) tocó con la orquesta de (Aníbal) Troilo en la época de jazz y la típica que animaban los bailes de los clubes. Astor tenía un tango que se llamaba Tanguango, y era como la ardilla, vio los bongoes en la orquesta de jazz y se le ocurrió meterlos en la introducción del tango con Troilo. La que se armó…

Los tangueros lo querían matar. Y Troilo le pidió: ´Astor, nunca más me haga una cosa así´” (Atilio Talín, su representante).

Piazzolla estaba acostumbrado a recibir la misma crítica: “Lo suyo no es tango”. Por eso hizo para el sello Phillips dos discos que se llamaron “Tango tradicional” – “con arreglos que hoy son de avanzada”, opina Talín – con tango como “El choclo”, “La cumparsita”, “Mariposita”, “Taconeando”, “Ah, ¿así que no hago tango?”; dice Talín que dijo el bandoneonista: “Hizo eso y no los hizo nunca más”

En la última gira, en el 89, Binelli intentó rescatarlos.

´Maestro, todos esos arreglos tan lindos de tangos tradicionales, ¿por qué no me los facilita, que me gustaría tocarlos…?´

Astor le dijo: “No, Binelli, agarrá el lápiz y preocupate. ¡¡Los rompí!!”

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